Palabras de Beatriz Cattaneo

El lectorado de Portugués se acerca ya a los veinte años de vida. En ese largo período ha visto pasar varias generaciones de egresados así como un número considerable de profesores, y entre estos últimos aquellos que llegaron y siguen llegando desde Portugal para mantener una vertiente de la llamada norma portuguesa que con su similar brasileña se complementan en el Lenguas Vivas.
La aclimatación de los Lectores portugueses (como suele llamárseles) en la Argentina no siempre fue simple... no siempre fue fácil.
Es verdad que en un primer momento hubo algunas situaciones de desajuste. Localmente no existían por entonces experiencias previas semejantes y le costó al lectorado incorporarse de manera definitiva al contexto de los profesores de la institución. Ese período fue afortunadamente corto.
En ese proceso le tocó al segundo de los lectores portugueses llegados a Buenos Aires afianzar el cargo e insertarse -podríamos decir- definitivamente en el contexto del cuerpo de profesores de portugués del Lenguas Vivas.
Hoy queremos rendir un homenaje precisamente a ese segundo lector, nuestro recordado y querido Jose Luis Amaral.
Es claro que las circunstancias del final de su período, esa muerte traidora que nos lo robo prematuramente cuando acababa de terminar su ultimo año de gestión en Buenos Aires y se disponía a cumplir una misión semejante en Mozambique, puede llevar a mitificar su recuerdo.
Es claro que todos cuantos lo conocimos lloramos por partida doble: - lloramos al final de su trabajo en el Lenguas, porque se iba, porque tenía que alejarse de la Argentina....y lloramos mucho más dramáticamente al final de su vida porque no pudo irse... ni a Mozambique... ni a Portugal... ni a ningún otro lugar del mundo que no fuera el del accidente del avión en el que regresaba de Misiones sin llegar a otro destino que el definitivo de la muerte.
Podríamos sí, mitificarlo a partir de esa muerte inesperada y traidora. Pero en este momento como en aquel otro lejano, de hace diez años no se trata de modo alguno de aferrarnos a un mito.
José Luis nunca necesitó de la ayuda mítica para ser querido, reconocido y respetado... tanto personal cuanto profesionalmente. Y su recuerdo sigue no necesitándola.
Si hoy le rendimos homenaje es, muy por el contrario, no por lo que la muerte le impidió hacer, sino por lo que sí pudo y supo llevar a cabo.
- Por sus clases inteligentes que, entre otras cosas, impulsaron en sus estudiantes el apetito cultural por la tierra, los hombres y mujeres, la vida intelectual de Portugal.
- Por los primeros Congresos internacionales de la lengua portuguesa que organizó en la Argentina, con presencia de especialistas locales y de Portugal, de Brasil, de Mozambique, de Cabo Verde comenzando por aquel memorable de Mendoza en el año 1994.
- Por esa revista luso-argentina que imaginó, impulsó, dirigió, aquella Parecidos & Diferentes en la que colaboraron algunas personalidades que hoy nos acompañan y donde se discutieron problemas cuturales, lingüísticos, históricos del universo lusófono y de sus contactos con Argentina en diferentes planos.
- Por las Semanas de Portugal, como esta en la que ahora lo recordamos se reverdecían lazos históricos de Argentina no solamente con Portugal, sino con todo el universo lusófilo y lusófono, particularmente con todo cuanto atañe a Brasil y a Cabo Verde, países de los que hoy nos acompañan sendos representantes en este simple pero cálido homenaje
- Por los apoyos oficiales que gestionara ante la Embajada de Portugal que facilitaron diplomáticamente, entre otras cosas, contactos con personalidades de ese país que llegaron a nosotros y que aun hoy se manifiesta simbólicamente no solo por la presencia del Señor Embajador de Portugal sino por el simbólico abrazo de las banderas portuguesa y argentina en la vitrina que las acoge.
Todo esto sin olvidar las puertas siempre abiertas de su propia casa donde sus colegas tanto como sus estudiantes, los visitantes argentinos o extranjeros, los estudiosos y los amigos de Portugal, que fueron sus amigos, propusieron, discutieron, organizaron planes e ideas tendientes a concretar contactos, proyectos, propuestas...Y terminaron, todos, estrechando lazos culturales así como esos otros lazos que hacen al afecto, a la amistad... tan valiosos como aquellos...
El detalle podría seguir, porque José Luis fue, más alla de su reconocida condición de profesor que supo trasmitir a colegas y a estudiantes buena parte de los bienes patrimoniales de su país, de ese Portugal abierto a todos los mares desde todos los tiempos que la historia de occidente recoge...
Más allá de eso, que es mucho, fue siempre una MANO TENDIDA.... UNA PALABRA CARIÑOSA  apropiada al momento... Una sonrisa rápida para comenzar todo diálogo. Un apoyo para seguir adelante... EN UNA PALABRA FUE UN AMIGO.
Y es en tanto amigo como quiero recordarlo en este momento.No en desmedro, sino a la par de los méritos profesionales que tratamos de evocar en este corto homenaje.En ese sentido, no me extrañaría que al final de estas palabras mías que quieren no ser mas que un homenaje amical al amigo que ya no está, al amigo que ya no está desde hace diez años... no me extrañaría decía, que uno, dos o varios de cuantos lo conocieron y me escuchan ahora se acerquen luego a decirme cálidamente "debiste haber mencionado también esto, aquello lo de mas allá..."
Sí....Yo misma probablemente me fustigue dentro de diez minutos por haber obviado al escribir estas pocas palabras tres o cuatro detalles, tres o cuatro conceptos de esos a los que el olvido suele teñir de imprescindibles.
Es que como suele suceder cuando la evocación es semilla de emotividad, la emoción suele ganarle al raciocinio.
Es probable....Creo que eso no haría sino confirmar... ratificar... lo mucho que nuestro querido Jose Luis supo darnos con esa calidez suya, con esa modilación cariñosa que fue la suya, sin siquiera pedirnos que lo registremos en su patrimonio, sin siquiera pretender otra cosa que ofrecernos una parte de si mismo para compartir.
Jose Luis
Aqui
Nosotros
no..Nosotros no te olvidamos                                                
14 de octubre a diez años sin vos