Palabras de Marcelo Canossa

Homenaje a José Luis Mendes d’Amaral

Dudé mucho de si homenajearte en portugués o en castellano. Me decidí por lo último, ya que el idioma materno es el lenguaje de los sueños y los sentimientos. Como en ambos estás involucrado, no te enojarás que así lo haga. Y este tiempo presente que utilizo se debe a que, al cumplirse 10 años de tu partida, los sentimientos vuelven intactos a esos momentos de aprendizaje y camaradería, al compromiso con el estudio de una lengua y una cultura que se hizo carne en tus alumnos, como se hacen carne todos los sueños bellamente realizados. Quienes tuvimos el honor de compartir tu tránsito por nuestras vidas, hemos quedado unidos -de manera sutil pero indeleble- a tu querido Portugal, a nuestro querido Portugal. Camões, Eça de Queirós, Pessoa, Sofia Mello, Saramago, Lobo Antunes, Manoel de Oliveira, el 25 de Abril, Amália, las estrechas calles del Bairro Alto donde los fadistas hacen sonar sus guitarras y sus llantos, los muelles de Belém de donde partieron conquistadores y trabajadores en busca de oro y de comida, de tierras y de libertad.

Indagando una y otra vez acerca de lo que hemos heredado de vos, menos conmocionados por tu violenta ausencia, no creo equivocarme si señalo dos tesoros: la capacidad de convivencia con lo diferente, que era lo que aprendiste desde chico, en tu Guiné-Bissau natal, en la Africa de tu corazón. Y el sentido del honor, del que comprendimos que no era solamente un valor aristocrático sino un refinamiento del alma, un deber del alma.Y al nombrar el alma, no puedo dejar a un lado el recuerdo de un alma que se quebró en dos cuando te fuiste, un alma que supo acompañarte y que supo acompañarnos en esa hermosa experiencia de vida: la de Angelina, una de las más hermosas mujeres de Portugal.

En tus sueños seguimos, en tu huella seguimos, aquí estamos, alcemos una copa de vino en tu honor…